¿Por qué es beneficiosa la ingestión de sal y agua?

Ingerir una cantidad moderada de sal y agua juntos puede resultar beneficioso por varios motivos:

1. Hidratación:La sal ayuda al cuerpo a retener agua, favoreciendo una adecuada hidratación. Cuando se consumen juntas, la sal y el agua ayudan a reponer los líquidos perdidos mediante la sudoración, el ejercicio u otras actividades. Una hidratación adecuada es esencial para mantener la salud general, ya que favorece diversas funciones corporales, como el transporte de nutrientes, la regulación de la temperatura y la lubricación de las articulaciones.

2. Equilibrio de electrolitos:la sal contiene electrolitos esenciales, principalmente sodio y cloruro. Los electrolitos desempeñan un papel crucial en la regulación del equilibrio de líquidos, las contracciones musculares y la función nerviosa. Cuando se combina con agua, la sal ayuda a restaurar los niveles de electrolitos en el cuerpo, especialmente durante la actividad física intensa o en condiciones de clima cálido, donde la pérdida de sudor puede provocar el agotamiento de los electrolitos.

3. Presión arterial:si bien el consumo excesivo de sal puede contribuir a la presión arterial alta en ciertas personas, consumir sal con agua en realidad puede tener un efecto estabilizador sobre la presión arterial. La combinación ayuda a mantener niveles adecuados de líquidos en el cuerpo, lo que a su vez reduce el riesgo de picos de presión arterial inducidos por la deshidratación.

4. Mejora del rendimiento:Para las personas que practican actividades físicas o deportes, la ingesta de sal y agua puede ayudar a mantener el rendimiento. Los electrolitos perdidos durante el ejercicio pueden afectar la función y la resistencia de los músculos. Reponer estos electrolitos mediante el consumo de sal y agua puede prevenir la fatiga y los calambres musculares, permitiendo a las personas rendir al máximo.

5. Salud digestiva:el consumo de sal y agua puede favorecer una digestión saludable. La sal ayuda en la producción de enzimas digestivas y facilita la absorción de nutrientes de los alimentos. El agua, por otro lado, ayuda a mover los alimentos a través del sistema digestivo, previniendo el estreñimiento y manteniendo la regularidad.

Es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de sal puede tener efectos negativos para la salud, incluido el aumento de la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Por lo tanto, la moderación es clave y es recomendable consultar a un profesional de la salud o a un dietista registrado para determinar la ingesta adecuada de sal y agua según las necesidades de salud individuales y los niveles de actividad.