¿Es seguro comer galletas caducadas?

Generalmente, no es aconsejable consumir galletas caducadas, ya que es posible que no sean seguras para comer. He aquí por qué:

1. Deterioro: Las galletas, al igual que otros productos horneados, pueden echarse a perder con el tiempo debido al crecimiento de bacterias, moho y otros microorganismos. El consumo de alimentos en mal estado puede provocar enfermedades transmitidas por los alimentos, provocando síntomas como calambres estomacales, náuseas, vómitos y diarrea.

2. Pérdida de Calidad: Con el tiempo, la calidad y el sabor de las galletas pueden deteriorarse. Las grasas de las galletas pueden volverse rancias, lo que produce un olor y sabor desagradables. Además, la textura de las galletas puede volverse rancia o blanda.

3. Pérdida de nutrientes: El valor nutricional de las galletas puede disminuir a medida que envejecen. Algunas vitaminas y minerales pueden descomponerse o perder su potencia con el tiempo, lo que hace que las galletas sean menos nutritivas.

4. Alérgenos y toxinas: Las galletas caducadas pueden suponer un riesgo para las personas con alergias o sensibilidades. Algunos ingredientes de las galletas, como las nueces o la leche, pueden volverse más potentes con el tiempo, aumentando el riesgo de reacciones alérgicas. Además, ciertos mohos que crecen en las galletas estropeadas pueden producir toxinas dañinas.

Por tanto, lo mejor es evitar el consumo de galletas caducadas y respetar las fechas de "consumo preferente" o "caducidad" indicadas en el envase. Si no está seguro de la seguridad de un alimento, es mejor desecharlo para evitar posibles riesgos para la salud.