¿Por qué el hojaldre sube al hornearse?

El secreto del éxito del hojaldre reside en la inteligente técnica de capas utilizada durante su preparación. La masa hojaldrada se compone de capas alternas de mantequilla o de un tipo diferente de grasa y masa. Cuando se hornea la masa, la mantequilla o la grasa se derrite, creando vapor que separa las capas de masa y hace que se hinchen. Esta acción ascendente crea la textura distintiva y hojaldrada que da nombre al hojaldre.

Este proceso ascendente se ve facilitado por varios factores clave:

1. Control de temperatura:

Un elemento crucial en la elaboración de hojaldre es mantener fría la mantequilla o la grasa antes de hornearla. Esto evita que se derrita demasiado rápido en el horno. Cuando la mantequilla fría entra en contacto con el calor, poco a poco se derrite y se convierte en vapor, separando las capas de masa y haciendo que la masa suba.

2. Laminación:

La laminación es la técnica de plegado que se utiliza para crear las capas en hojaldre. Después de cada pliegue, la masa se enfría, lo que permite que la mantequilla se vuelva a solidificar y evita que las capas se fusionen por completo. Esto asegura que haya capas distintas que puedan separarse cuando se hornean.

3. Producción de vapor:

A medida que se hornea el hojaldre, la mantequilla o grasa derretida libera vapor de agua. Este vapor queda atrapado entre las capas de masa, separándolas y haciendo que la masa suba. El vapor también contribuye a la textura hojaldrada de la masa.

4. Rápida expansión:

La combinación de mantequilla fría y el calor del horno crea una rápida expansión de la masa cuando se hornea. Las capas de masa se separan y se hinchan rápidamente, dando a la masa su altura final.

Al controlar con precisión la temperatura, la técnica de laminación y la producción de vapor, los panaderos pueden crear el hojaldre perfecto con su característica textura ligera y aireada y sus distintas capas.