¿Cómo se protegen las semillas de la manzana?

Las semillas de manzana están protegidas por una estructura dentro de la fruta conocida como núcleo o alojamiento de la semilla. Así es como funciona esta protección:

1. Piel exterior resistente: El corazón de una manzana está rodeado por una capa de tejido resistente y fibroso conocida como endocarpio. Esta capa actúa como una barrera, evitando que factores externos lleguen directamente a las semillas y las dañen.

2. Cinco Carpelos: Dentro del endocarpio, el corazón de la manzana se divide en cinco compartimentos o carpelos. Cada carpelo contiene una o dos semillas.

3. Paredes carpelo: Las paredes de los carpelos son gruesas y resistentes. Proporcionan una protección adicional contra daños físicos, como compresiones o pinchazos, que podrían dañar las semillas.

4. Cobertura de la semilla: Cada semilla de manzana está cubierta por una capa protectora, que se compone de una capa exterior dura y resistente al agua y una capa interior más suave y rica en nutrientes. La cubierta de la semilla ayuda a proteger el embrión dentro de la semilla para que no se seque o sea dañado por plagas y enfermedades.

5. Compuestos químicos: El corazón y las semillas de la manzana contienen varios químicos que poseen propiedades antimicrobianas y antifúngicas. Estos compuestos ayudan a prevenir el crecimiento de microorganismos, reduciendo el riesgo de pudrición o deterioro de las semillas.

6. Exposición limitada: Las manzanas tienen una apertura limitada al mundo exterior a través del extremo de la flor, también conocido como cáliz. Esto restringe el acceso a las semillas, creando un ambiente menos favorable para plagas, insectos y patógenos en comparación con otras frutas con semillas más expuestas.

Juntos, estos mecanismos de protección garantizan que las semillas dentro de una manzana permanezcan seguras y viables hasta que se consuma la fruta o las semillas se dispersen para una posible germinación.