¿Qué pasa con las bebidas gaseosas en el frigorífico?

Cuando se coloca una bebida gaseosa en el refrigerador, la solubilidad del gas disuelto en el líquido aumenta, lo que hace que se disuelva más gas y la bebida se vuelva menos gaseosa. A medida que baja la temperatura, la energía cinética de las moléculas de gas disminuye, lo que ralentiza su movimiento y aumenta la probabilidad de que queden atrapadas en el líquido. Además, la disminución de la temperatura hace que el líquido se vuelva más denso, lo que aumenta aún más la solubilidad del gas. Como resultado, la bebida se vuelve menos gaseosa e incluso puede desinflarse por completo si se deja en el refrigerador por mucho tiempo.