¿Qué bebían los bebés antes de la fórmula?

Antes de la introducción de la fórmula infantil a finales del siglo XIX, los bebés eran alimentados principalmente con leche materna. La lactancia materna fue el método natural y recomendado de alimentación infantil durante siglos, ya que aportaba nutrientes esenciales, anticuerpos y otros beneficios para la salud y el desarrollo del bebé.

En los casos en los que la lactancia materna no era posible o adecuada, a lo largo de la historia se utilizaron diversos métodos alternativos de alimentación:

1. Nodriza:La nodriza, en la que una mujer lactante (una nodriza) proporciona leche materna a un bebé que no es el suyo, se ha practicado durante miles de años. Las nodrizas a menudo eran contratadas por familias que no podían amamantar a sus hijos por diversas razones, como enfermedades, producción insuficiente de leche o normas sociales.

2. Leche animal:Antes del desarrollo de la fórmula comercial, la leche animal, como la de cabra o la de vaca, a veces se utilizaba como sustituto de la leche materna. Sin embargo, estas leches no eran tan nutricionalmente equilibradas para los bebés y podrían presentar riesgos si no se modifican y diluyen adecuadamente para adaptarse al sistema digestivo del bebé.

3. Papanicolaou o gachas:La papilla o gachas, elaboradas con cereales como avena, arroz o cebada mezcladas con agua o leche, era otro método tradicional de alimentación infantil. Estas mezclas eran a menudo ligeras y fácilmente digeribles, pero carecían de la integridad nutricional y de los anticuerpos protectores que se encuentran en la leche materna.

4. Caldos y sopas:En algunas culturas, se ofrecían a los bebés caldos o sopas elaborados con verduras, carne o pescado una vez que dejaban de amamantar. Sin embargo, es posible que estos no hayan proporcionado la nutrición completa necesaria para el crecimiento y desarrollo infantil óptimos.

5. Infusiones y remedios de hierbas:Se utilizaron diversas infusiones y remedios tradicionales para complementar o mejorar la alimentación infantil. Estas prácticas variaban según las culturas y a menudo se basaban en conocimientos y creencias locales.

Es importante señalar que el desarrollo y la adopción generalizada de fórmulas infantiles a finales del siglo XIX y principios del XX mejoraron significativamente la salud y la supervivencia infantil al proporcionar una fuente de alimento segura, nutritiva y constante para los bebés que no podían ser amamantados. No obstante, la lactancia materna sigue siendo el estándar de oro para la nutrición infantil y proporciona numerosos beneficios para la salud tanto de la madre como del niño.