¿Para qué sirve castrar a un gallo?

Por lo general, los gallos se castran para reducir sus comportamientos agresivos y vocales, que pueden ser una molestia en entornos residenciales o suburbanos. Castrar a un gallo implica extirparle los testículos, lo que disminuye la producción de testosterona, una hormona que impulsa las características del gallo.

La castración produce varios cambios:

Agresividad reducida:los gallos castrados tienden a ser más tranquilos y menos propensos a tener comportamientos agresivos, como pelear con otros gallos o atacar a las personas. Pueden volverse más fáciles de manejar y menos propensos a comportamientos territoriales.

Canto más silencioso:La castración reduce significativamente la frecuencia y el volumen del canto del gallo. Esto puede ser beneficioso en áreas donde el canto de los gallos temprano en la mañana genera molestias sonoras.

Mayor docilidad:Los gallos castrados suelen mostrar una disminución en su nivel general de actividad y muestran comportamientos más dóciles. Se vuelven más fáciles de manejar e integrar en una bandada de gallinas.

Mejora de la calidad de la carne:En algunos casos, caponizar gallos puede mejorar la calidad de la carne. Los capones, como se llama a los gallos castrados, tienden a tener una carne más tierna y sabrosa, lo que los hace deseables para fines culinarios.

Vale la pena señalar que castrar a un gallo no elimina por completo todos los comportamientos similares a los de los gallos ni afecta la puesta de huevos en las gallinas. Sin embargo, modifica o reduce en gran medida muchas características que pueden resultar desafiantes para quienes viven en espacios reducidos o en comunidades con restricciones de ruido y comportamiento animal.