¿Qué gas o químico utilizan los supermercados y las carnicerías para mantener la carne fresca por más tiempo?

El gas comúnmente utilizado para mantener la carne fresca por más tiempo es el monóxido de carbono (CO).

El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y tóxico que se une a la mioglobina de la carne, formando un compuesto de color rojo brillante llamado carboximioglobina. Esta reacción frena el deterioro de la carne y preserva su color rojo brillante, dándole un aspecto fresco.

El uso de monóxido de carbono para conservar la carne es una práctica controvertida. Si bien algunos argumentan que es seguro y eficaz, otros plantean preocupaciones sobre los posibles riesgos para la salud asociados con la exposición al CO. Se sabe que el monóxido de carbono es tóxico para los humanos y puede causar diversos problemas de salud, como dolores de cabeza, mareos, náuseas e incluso la muerte en altas concentraciones.

Los supermercados y carnicerías deben seguir pautas y regulaciones estrictas con respecto al uso de monóxido de carbono y deben garantizar que los niveles de CO en sus vitrinas estén dentro de límites seguros. Además, deben exhibir señales y advertencias adecuadas que informen a los consumidores sobre el uso de CO y brinden instrucciones para el manejo y almacenamiento seguros de los productos cárnicos.

Algunos países y jurisdicciones han prohibido el uso de monóxido de carbono en la conservación de carne, mientras que otros tienen regulaciones y límites estrictos sobre su uso. Se recomienda a los consumidores que conozcan estas regulaciones y tomen decisiones informadas al comprar productos cárnicos.