¿Qué pasa si la carne se almacena a sesenta grados?

Almacenar carne a sesenta grados no es seguro y puede provocar un rápido crecimiento bacteriano. Las bacterias pueden multiplicarse rápidamente a temperaturas entre cuarenta grados Fahrenheit y ciento cuarenta grados Fahrenheit, lo que hace que la carne almacenada a sesenta grados sea un objetivo principal de deterioro y contaminación. Para garantizar la seguridad alimentaria, la carne debe mantenerse refrigerada a cuarenta grados Fahrenheit o menos o congelada a cero grados Fahrenheit o menos.