Cuando llena un vaso de agua del grifo y luego lo deja reposar durante 2 horas, verá pequeñas burbujas adheridas, ¿por qué se formaron?

Cuando llenas un vaso con agua del grifo y lo dejas reposar durante dos horas, es posible que notes pequeñas burbujas adheridas a los lados del vaso. Estas burbujas se forman debido a los gases disueltos presentes en el agua, que salen de la solución y forman burbujas cuando el agua no se altera. Los gases disueltos más comunes en el agua del grifo son el oxígeno y el nitrógeno.

A medida que el agua fluye a través de las tuberías y sale del grifo, recoge aire y gases disueltos del medio ambiente. Cuando el agua está quieta, estos gases comienzan a salir de la solución y a formar pequeñas burbujas. Las burbujas suelen ser pequeñas y pueden no ser visibles al principio, pero aumentan gradualmente de tamaño a medida que sale más gas del agua.

La velocidad a la que se forman y crecen las burbujas depende de varios factores, como la temperatura del agua, la presión y la cantidad de gases disueltos presentes en el agua. El agua más caliente libera gases disueltos más rápido que el agua fría, por lo que es posible que notes que las burbujas se forman más rápidamente en el agua tibia del grifo. Una presión atmosférica más alta también favorece la formación de burbujas, ya que aumenta la solubilidad de los gases en agua.

La presencia de gases disueltos en el agua no es motivo de preocupación. Estos gases se producen de forma natural y no son perjudiciales para la salud humana. Sin embargo, si el agua tiene una alta concentración de gases disueltos, puede afectar su sabor y apariencia, y hacerla menos refrescante para beber. En tales casos, puedes eliminar los gases disueltos hirviendo el agua o dejándola reposar por un período más largo para que las burbujas se disipen.