¿La baja temperatura hará que el vino deje de fermentar?

Sí, las bajas temperaturas pueden provocar que el vino deje de fermentar.

La levadura, los microorganismos que convierten los azúcares del jugo de uva en alcohol, son muy sensibles a la temperatura. La temperatura ideal para la fermentación de la levadura es entre 60 y 80 grados Fahrenheit (16 y 27 grados Celsius). Si la temperatura cae por debajo de los 55 grados Fahrenheit (13 grados Celsius), la levadura quedará inactiva y la fermentación se ralentizará o se detendrá por completo.

Además, las bajas temperaturas también pueden hacer que la levadura produzca sabores desagradables en el vino. Estos sabores desagradables pueden incluir amargor, acidez y una falta general de sabor afrutado.

Por estas razones, es importante mantener el vino fermentando a una temperatura constante. Si la temperatura baja demasiado, el proceso de fermentación puede retrasarse o detenerse y el vino puede desarrollar sabores desagradables.