¿Qué pasará si abres las conservas y no las refrigeras?

Las conservas, como mermeladas, jaleas y mantequillas de frutas, generalmente se elaboran con un alto contenido de azúcar, lo que inhibe el crecimiento de la mayoría de las bacterias. Sin embargo, una vez abiertas, las conservas pueden contaminarse con bacterias y otros microorganismos del medio ambiente, especialmente si no se refrigeran adecuadamente.

La refrigeración ayuda a frenar el crecimiento de bacterias y otros microorganismos, extendiendo así la vida útil de las conservas. Cuando las conservas no se refrigeran, el riesgo de que se echen a perder aumenta y pueden desarrollar un sabor, una textura o una apariencia desagradables. En algunos casos, consumir conservas en mal estado puede provocar enfermedades transmitidas por los alimentos.

Por seguridad y calidad, generalmente se recomienda refrigerar las conservas después de abrirlas y consumirlas dentro del plazo recomendado por el fabricante, que suele ser de varias semanas o meses. Si no está seguro de si un frasco de conservas se ha echado a perder, siempre es mejor desecharlo para evitar posibles riesgos para la seguridad alimentaria.