¿Por qué no se utilizan utensilios galvanizados?

Los utensilios galvanizados no se recomiendan para cocinar por varios motivos:

Posible lixiviación de zinc:Los utensilios galvanizados se recubren con zinc para proteger el metal subyacente (generalmente hierro) de la corrosión. Sin embargo, cuando los alimentos ácidos, como los tomates, el vinagre o las frutas cítricas, entran en contacto con la superficie galvanizada, pueden hacer que el recubrimiento de zinc se filtre en los alimentos. El consumo de altos niveles de zinc puede provocar problemas de salud como náuseas, vómitos y calambres estomacales.

Sabor metálico:El recubrimiento de zinc también puede impartir un sabor metálico a la comida, que a muchas personas les resulta desagradable.

Formación de óxido:con el tiempo, la capa de zinc de los utensilios galvanizados puede desgastarse, dejando al descubierto el hierro que se encuentra debajo. Esto puede provocar la formación de óxido y contaminar los alimentos.

Decoloración de los alimentos:Los alimentos ácidos pueden reaccionar con la capa de zinc y provocar la decoloración de los alimentos. Por ejemplo, cocinar platos a base de tomate en un utensilio galvanizado puede hacer que la comida adquiera un color marrón.

Preocupaciones de salud:algunos estudios sugieren que el consumo de alimentos cocinados en utensilios galvanizados durante un período prolongado puede estar asociado con ciertos riesgos para la salud, incluido un mayor riesgo de toxicidad por metales pesados ​​y trastornos neurológicos.

Para garantizar la seguridad y calidad de tus alimentos, se recomienda utilizar utensilios fabricados con materiales alternativos como acero inoxidable, vidrio o cerámica, que se consideran más seguros y no suponen los mismos riesgos para la salud que los utensilios galvanizados.