¿Por qué ya no se utiliza plomo en la fabricación de envases para alimentos?

Históricamente, el plomo se ha utilizado en una variedad de aplicaciones de fabricación, incluidos contenedores destinados a almacenar o transportar alimentos.

Sin embargo, el plomo es un metal pesado tóxico que puede tener graves efectos negativos para la salud, especialmente en niños pequeños y poblaciones vulnerables. El plomo puede acumularse en el cuerpo con el tiempo e incluso niveles bajos de exposición al plomo pueden causar daño neurológico, problemas renales y problemas de desarrollo.

Debido a los importantes riesgos para la salud que plantea el plomo, su uso en envases de alimentos se ha eliminado en gran medida en muchos países del mundo.

En particular, las regulaciones y estándares de seguridad alimentaria en estos países ahora prohíben o limitan estrictamente la presencia de plomo en los materiales que entran en contacto con los alimentos. Esto abarca componentes de contenedores de alimentos, como revestimientos, esmaltes, soldaduras o plásticos, que podrían provocar fugas o migración de plomo a productos alimenticios.

La transición global para eliminar el plomo en los envases de alimentos se ha producido a lo largo de varias décadas e implicó esfuerzos de los gobiernos, las organizaciones internacionales de salud, los grupos de defensa del consumidor y la industria alimentaria para implementar políticas, mejorar las prácticas de fabricación y fomentar alternativas más seguras para los envases de alimentos.

En lugar de materiales que contienen plomo, se han introducido alternativas como materiales como acero inoxidable, vidrio, tereftalato de polietileno (PET), plásticos que no se lixivian y otros materiales no tóxicos.