¿Qué pasa cuando pones una fresa en hielo seco?

Cuando pones una fresa en hielo seco, la temperatura extremadamente fría del hielo seco (-109,3 grados Celsius) hace que la fresa se congele muy rápidamente. Este proceso se conoce como congelación instantánea y ayuda a conservar la forma, el color y el sabor de la fresa. La fresa también se volverá increíblemente dura y quebradiza debido a la baja temperatura. Si dejaras caer la fresa congelada sobre una superficie dura, probablemente se rompería en muchos pedazos. A medida que la fresa se calienta, los cristales de hielo dentro de la fruta comienzan a derretirse y la fresa volverá gradualmente a su estado original.