¿Por qué se utiliza agua hirviendo para hacer té y dejarlo difundido?

El agua hirviendo se utiliza para preparar té principalmente por dos razones:

1. Extracción de compuestos aromáticos :Las hojas de té contienen varios compuestos aromáticos, incluidos taninos, polifenoles y aceites esenciales. El agua hirviendo ayuda a extraer estos compuestos aromáticos de forma eficaz al romper las paredes celulares de las hojas de té y liberarlas en el agua. Esto da como resultado una taza de té más sabrosa.

2. Desinfección :El agua hirviendo mata cualquier bacteria o microorganismo dañino presente en las hojas de té o en el equipo de preparación, garantizando la seguridad e higiene del té. Esto es especialmente importante cuando se utilizan bolsitas de té no esterilizadas o se manipulan hojas de té sueltas. Hervir el agua garantiza que el té sea seguro para consumir.

Dejar que el té se difunda permite lo siguiente:

1. Tiempo de remojo :Los diferentes tipos de té requieren diferentes tiempos de maceración para lograr el sabor y la fuerza deseados. Al dejar que el té se difunda después de agregar el agua hirviendo, las hojas de té tienen tiempo de liberar completamente sus sabores y aromas. El tiempo de maceración óptimo puede variar desde unos pocos minutos hasta varios minutos, según las preferencias personales y el tipo de té.

2. Fuerza controlada :Dejar el té en infusión le permite controlar la fuerza de la infusión. Al ajustar el tiempo de infusión, puedes determinar qué tan fuerte o suave quieres que sea el té. Los tiempos de maceración más prolongados generalmente dan como resultado un té más fuerte y sabroso.

3. Conservación de sabores delicados :Algunos tés, particularmente los tés verdes y blancos, tienen sabores delicados que pueden perderse fácilmente al hervir agua. Al verter el agua hirviendo sobre las hojas de té y dejarlas en infusión, el agua se enfría a una temperatura ideal que permite que estos delicados sabores se desarrollen sin volverse amargos ni astringentes.

Recuerde que dejar el té en remojo durante demasiado tiempo también puede provocar un sabor amargo debido a la liberación excesiva de taninos. Es fundamental seguir el tiempo de maceración recomendado según el tipo de té para conseguir el mejor sabor y evitar una sobreextracción.