¿Puedes hornear un pollo con poca piel y aun así hacerlo comestible?

Sí, puedes hornear un pollo con poca piel y aun así hacerlo comestible. A continuación se ofrecen algunos consejos para garantizar que el pollo se mantenga húmedo y sabroso:

1. Utilice un adobo o un condimento sabroso: Dado que habrá menos piel para darle sabor, es importante condimentar bien el pollo con una marinada o un aderezo sabroso. Marina el pollo durante al menos unas horas o toda la noche para permitir que los sabores penetren en la carne.

2. Cocinar el pollo a baja temperatura: Para evitar que el pollo se seque, cocínelo a una temperatura más baja durante un período de tiempo más largo. Esto permitirá que la carne se cocine uniformemente sin que se cocine demasiado. Apunte a una temperatura interna de 165 °F (74 °C).

3. Utilice una rejilla para asar o una fuente para hornear: Cuando hornee el pollo, colóquelo sobre una rejilla para asar o en una fuente para horno que permita que los jugos se escurran de la carne. Esto ayudará a evitar que el pollo se empape y permitirá que la piel quede crujiente, si la hay.

4. Bañar el pollo con jugos: Mientras se hornea el pollo, rocíelo con los jugos de la fuente para asar o de la fuente para hornear. Esto ayudará a mantener el pollo húmedo y sabroso.

5. Agregue verduras a la sartén: Agregar algunas verduras a la fuente para asar o a la fuente para hornear puede ayudar a agregar sabor y humedad al pollo. Algunas buenas opciones incluyen patatas, zanahorias, cebollas y apio.

6. Deja reposar el pollo antes de servir: Una vez que el pollo esté listo, déjalo reposar unos minutos antes de servir. Esto permitirá que los jugos se redistribuyan, lo que dará como resultado una carne más tierna y sabrosa.