¿Deberías cocinar y luego comer pollo fresco que huele mal?

No , no debes cocinar ni comer pollo fresco que huele mal. El mal olor en el pollo puede ser un indicador de deterioro, contaminación bacteriana o presencia de microorganismos dañinos. El consumo de pollo en mal estado o contaminado puede provocar enfermedades transmitidas por los alimentos, provocando diversos síntomas como calambres estomacales, náuseas, vómitos o diarrea.

A continuación te presentamos algunas razones por las que debes evitar cocinar o comer pollo fresco con mal olor:

1. Deterioro: El pollo que se deja sin refrigerar o se almacena incorrectamente puede comenzar a echarse a perder, lo que provoca el crecimiento de bacterias y la producción de olores desagradables. El pollo en mal estado también puede tener un aspecto viscoso o una decoloración.

2. Contaminación bacteriana: El pollo puede contaminarse con bacterias dañinas como Salmonella, E. coli y Campylobacter durante el procesamiento, manipulación o almacenamiento. Estas bacterias pueden causar intoxicación alimentaria si se consumen, especialmente cuando el pollo no está bien cocido.

3. Compuestos naturales: Algunos pollos frescos pueden tener un ligero olor debido a la presencia de compuestos naturales en la dieta o el medio ambiente del ave. Sin embargo, si el olor es fuerte o desagradable, es mejor pecar de precavido y evitar consumirlo.

Para garantizar la seguridad alimentaria, es esencial seguir prácticas adecuadas de manipulación de alimentos y pautas de refrigeración. Si no está seguro de si el pollo es seguro para comer, es mejor desecharlo y elegir un trozo fresco.