¿Por qué se te antoja el marisco?

Hay varias razones por las que a una persona le pueden apetecer mariscos:

Deficiencia de yodo:los mariscos son una rica fuente de yodo, un mineral esencial para el correcto funcionamiento de la tiroides. Una deficiencia de yodo puede provocar diversos problemas de salud, como fatiga, estreñimiento, piel seca y problemas cognitivos. El antojo de mariscos puede ser la forma que tiene el cuerpo de indicar la necesidad de más yodo.

Ácidos grasos:los mariscos también son una buena fuente de ácidos grasos omega-3, que son esenciales para la salud cardiovascular. Se ha demostrado que los ácidos grasos omega-3 reducen la presión arterial, reducen la inflamación y mejoran los niveles de colesterol. El antojo de mariscos puede ser la forma que tiene el cuerpo de asegurarse de obtener suficiente cantidad de estas grasas beneficiosas.

Deficiencia de zinc:los mariscos son una rica fuente de zinc, un mineral que participa en una variedad de funciones corporales, incluida la función inmune, el crecimiento celular y el metabolismo. Una deficiencia de zinc puede provocar falta de apetito, deterioro de la función inmune y problemas cognitivos. El antojo de mariscos puede ser la forma que tiene el cuerpo de indicar la necesidad de más zinc.

Factores psicológicos:en algunos casos, el antojo por el marisco puede estar relacionado con factores psicológicos, como el deseo de comodidad o la nostalgia. Por ejemplo, las personas que crecieron cerca de la costa o que tienen buenos recuerdos de comer mariscos pueden experimentar antojos de comerlos como una forma de regresar a una época más placentera.

Estado nutricional:Es importante tener en cuenta que el antojo de mariscos no significa necesariamente que una persona tenga deficiencia de un nutriente o mineral en particular. Los antojos de mariscos pueden verse influenciados por varios factores, incluidas las preferencias personales, los hábitos nutricionales y las influencias culturales. Si experimenta antojos persistentes o intensos de mariscos, es recomendable consultar a un profesional de la salud o a un dietista registrado para determinar la causa subyacente y asegurarse de que está satisfaciendo sus necesidades nutricionales.