¿Se puede comer un hígado de langosta?

Sí, puedes comer el hígado de una langosta. Se le conoce como tomalley y es una sustancia suave de color negro verdoso cuando se encuentra cocida o cruda. Se puede comer crudo o cocido y, a menudo, se considera un manjar. El tomalley es muy nutritivo y contiene una gran cantidad de vitaminas y minerales, como yodo, magnesio, fósforo y zinc.