El verdadero arte detrás de vino de hielo no se hace por el enólogo, pero por la naturaleza. Con el fin de hacer un verdadero vino de hielo, las uvas deben congelar en la vid. Cuando la primera verdadera heladas de la temporada golpea sus uvas, que debe ser al menos -10 grados C, se puede cosechar ellos por la mañana y pulse inmediatamente mientras aún están congelados. Si no puede producir las uvas en una región que se puede esperar de una helada completa, puede simular el proceso mediante la congelación de la uva, pero los resultados van a sufrir un poco. La variedad más común para el vino de hielo es Riesling, que ya es un vino dulce blanco. Sin embargo, el proceso puede ser imitado con otras uvas, dulces.
Pulsar las uvas

Es imprescindible que las uvas se prensan mientras están congeladas, ya que es lo que hace que el vino de hielo diferente. Al permitir que el agua en las uvas para congelar, el azúcar y otros sabores se concentran, lo que hace que el producto final mucho más dulce. Las uvas producirán mucho menos que lo harían si se descongelaron a cabo, así que prepárate para pasar una buena parte de su cosecha en una menor cantidad de vino. Usted tendrá que producir la misma cantidad de sus pulsaciones como lo haría normalmente. Si usted sólo tiene que añadir agua para aumentar el volumen, el punto central de la elaboración del vino de hielo se pierde.
Contiuning Proceso

Una vez que haya pulsado las uvas congeladas, la resto de su vinificación puede proceder como de costumbre. La diferenciación entre el vino y el vino de hielo regular se terminó, y no hay necesidad de mantener el producto congelado en este punto. Siga usando sus técnicas vitivinícolas favoritos como normal, con la excepción de que la fermentación puede tardar más de lo habitual debido al contenido de azúcar elevado. Cuando se haya completado, servir bien frío con un postre dulce.