¿Qué pasa si tu perro come huesos de pollo cocidos?

Los huesos de pollo cocidos pueden ser peligrosos para los perros. Cuando se cocinan, los huesos de pollo se vuelven quebradizos y pueden astillarse, lo que puede causar pinchazos y laceraciones en la boca, el esófago, el estómago y los intestinos del perro. Además, los huesos cocidos pueden obstruir el sistema digestivo del perro, provocando vómitos, estreñimiento e incluso la muerte.

Los síntomas de la ingestión de huesos de pollo cocidos pueden incluir:

- Vómitos

- Diarrea

- dolor abdominal

- Dificultad para defecar

- Sangrado de la boca o el recto.

- letargo

- Pérdida de apetito

- Fiebre

Si cree que su perro se ha comido un hueso de pollo cocido, contacte a su veterinario inmediatamente. El veterinario podrá determinar si el hueso ha causado algún daño y recomendará el mejor tratamiento.

La prevención es siempre la mejor medicina. Para evitar que su perro coma huesos de pollo cocidos, mantenga todos los huesos fuera de su alcance. Esto significa no dejarlos en la mesa o mostrador, y no tirarlos a la basura sin taparlo bien. También debes disuadir a tus amigos y familiares de que le den a tu perro huesos de pollo cocidos.

Si no está seguro de si un hueso en particular es seguro para su perro, consulte siempre con su veterinario.